Todos tenemos esa captura especial que es diferente a todas las demás. Para mí «Bolsillito» es mi captura especial, es La Carpa, una bellísima carpa royal de fuerte complexión, esplendoroso color y enormes y brillantes escamas que salpican su cuerpo aleatoriamente sin seguir un patrón definido por lo que resulta aún más bella. Bolsillito es un pez que enamora a primera vista y a mí me cautivó en 2008 al verla aparecer de las rizadas aguas del lugar en el que vive o vivía, ¡pues es una cuestión que debo resolver!
Tras ese primer encuentro con Bolsillito tuve dos más, uno fue en 2009, del que no guardo ninguna imagen de recuerdo, y la última vez que nos vimos fue en la primavera de 2010 en el transcurso de una de las varias sesiones cortas que planifiqué para el escenario. Desde entonces no he vuelto a saber nada de Bolsillito a pesar de haber vuelto a pescar el mismo escenario en repetidas ocasiones. Tampoco he oído que haya sido capturada por otros pescadores. El no haber vuelto a oír nada sobre este pez es como mínimo preocupante, pero siempre cabe la esperanza que su astucia haya ganado a todos aquellos que han intentado capturalo, y que aún continue nadando y exhibiendo su majestuosa planta en las aguas del pequeño embalse en el que habita.
Ésta incertidumbre sobre Bolsillito es de esas cosas, que sin saber por qué, son angustiantes. ¿Será porque esta carpa es algo más que una simple captura? Sí, indudablemente se trata de eso. Bolsillito representa algo más que una bella captura, Bolsillito y las tres veces que conseguí capturarla es la muestra de que el carpfishing es algo más que una modalidad de pesca, por eso estoy dispuesto a invertir mucho tiempo en volver a ver este magnífico pez que forma parte de mí como carpista y… y por qué no decirlo, también como algo más.