Por todos es sabido la atracción que sienten los ciprínidos por aquellos cebos de los denominados de origen natural. Muchos de estos cebos debido a su pequeño tamaño o a su falta de consistencia constituyen todo un problema a la hora de anzuelarlos y presentarlos a los peces en unas condiciones óptimas. Hoy descubrimos el “bait-mess”, un peculiar montaje que conjuga la formula magistral de boilie y hair consiguiendo una presentación perfecta, y lo que es más, con cualquier tipo de cebo sea de la naturaleza que sea.
Mucho antes de la revolucionaria irrupción de los boilies en el mundo de la pesca, la mayoría de los pescadores de ciprínidos utilizaban y siguen utilizando un amplio abanico de cebos destinados a cubrir la practica totalidad de los gustos de cualquier especie, así como las situaciones de pesca que se presenten. La lista de cebos destinados la pesca de ciprínidos es casi infinita pudiendo agruparlos en tres grupos específicos bien diferenciados entre sí; los de origen vegetal, animal y elaborados. Muchos de estos cebos se encuentran de forma natural en el ecosistema donde viven los peces formando parte de su dieta habitual y siendo por ello rápidamente reconocidos como alimento. Otros en cambio, raramente forman parte de su dieta natural, lo que no impide a su vez, que gracias a su atrayente olor y a su agradable sabor también sean reconocidos como alimento con cierta rapidez una vez que han sido probados.
La pesca moderna de la carpa encontró en los boilies la solución a los problemas que presentaba la utilización de este tipo de cebos ya que muchos de ellos, ya fuese por su escaso tamaño o por tratarse de cebos demasiado blandos, complicaba enormemente la selección de los ejemplares de mayor tamaño dejando este extremo casi siempre en manos del azar. Aparte, los problemas que surgían para que se sujetasen firmemente y no se desprendiesen en el momento del lanzado, obligaba a utilizar anzuelos de gran tamaño que eran descubiertos por los peces en el momento de palpar el cebo con la boca delatando así el engaño. Por último, el porcentaje de picadas que se perdían era demasiado alto en comparación con el sistema de boilie, hair y anzuelo desnudo, que conseguía una efectividad en las clavadas cercana al 100%. Fue así por tanto, como poco a poco los boilies y los montajes de “hair” fueron ganando enteros y acabaron por consolidarse como uno de los sistemas mas efectivos en la pesca de los grandes ciprínidos.
Pero como no es oro todo lo que reluce, la pesca con boilies no se resume únicamente a colocar un buen boilie en el hair, lanzar a un sitio propicio y empezar a sacar peces uno tras otro. Requiere de un periodo de adaptación por parte de los peces que obliga en la mayoría de las circunstancias a la consecución de unos esquemas de cebado y precebado para así acostumbrarles al nuevo alimento. Algunos de estos boilies llevan en su composición harinas, aromas o extractos de pescado, crustáceo o molusco guardando cierta similitud con la comida que encuentra el pez de forma natural en su entorno y reconociéndolo rápidamente como alimento. Los sabores extraños (en el medio natural) por regla general requieren un periodo mas amplio de aceptación, aunque una vez probados pueden incluso resultar mas efectivos que aquellos que se asemejen a su alimento mas común.
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Artículo completo publicado en la revista CWR #2.
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