En ocasiones no somos capaces de llegar a comprender durante una jornada de pesca por qué las carpas no muestran intenciones de picar. Es una situación que puede llegar a desesperarnos debido a la cantidad de factores que pueden concurrir para que la circunstancia sea así. Pero algo tienen de bueno éstas anodinas jornadas de pesca. Podemos observar con atención lo que pasa a nuestro alrededor. Así podemos ver cosas que en cualquier otro momento hubieran pasado totalmente desapercibida para nosotros.
En una de éstas jornadas detecté unos pequeños conos perlados. Caían de los eucaliptos de la zona quedándose pegados a ropas, bolsos, sillas… Quedaba todo salpicado de puntos blancos que, dadas las circunstancias, llamaron mucho mi atención. Empecé a recoger algunos de ellos para examinarlos. La primera impresión fue que se trataba de pedazos de savia que, cristalizada, caía de los eucaliptos. Pero éstas pequeñas perlas no sólo caían. También podía ver que se encontraban adheridas a las hojas. Así que cogí algunas de éstas hojas en las que había pegado un cono blanco. Como si fuese un entomólogo, las examiné cuidadosamente. Entonces descubrí un diminuto insecto bajo las pequeñas pirámides blancas.
CUCURUCHOS DE AZUCAR
El insecto que encontré es el Glycaspis brimblecombei, o más comúnmente conocido como “Psilido de los eucaliptos rojos”. Se trata de un pulgón de la familia Psylllidae originario de Australia. Parasita, junto a otros familiares, a los eucaliptos de medio mundo.
Y vosotros pensaréis, ¿qué pinta aquí un pulgón? Y ciertamente yo me quedaría igual de desconcertado, pero cuando termines éstas líneas sabrás por qué éste minúsculo insecto es de nuestro interés. El pequeño cono blanco del que hablaba anteriormente, es obra de éste Psilido de los eucaliptos rojos en su estado de ninfa. Pasa ésta etapa dentro de un cono blanco llamado Lerps, que adhieren a las hojas de los eucaliptos. Esta pirámide es una especie de capullo en el que se protegen durante el estadio de pupa tal y como hacen otros insectos.
Y A LAS CARPAS LES ENCANTAN
El interés para nosotros radica cuando culmina el estadio de pupa y el cono protector de éste pulgón se desprende de la hoja que lo había albergado. Cubre entonces el suelo y los alrededores del eucalipto de unos pequeños conos blancos con aspecto de azúcar y algo pegajosos que no pasan desapercibidos. Éstas pequeñas cúpulas puntiagudas con aspecto de azúcar cristalizada son en realidad, eso, ¡azúcar! ¡Pequeñas cápsulas de caramelo que al caer al agua son devoradas por las carpas! Los peces encuentran en éstos pequeños desechos del pulgón un aporte extra de hidratos de carbono. Un maná que literalmente les cae del cielo, o mejor dicho, de los eucaliptos.
Cuando nos fijamos en nuestro alrededor nos sorprendemos de todas las cosas que nos ofrece una naturaleza. Siempre es desconcertante, espectacular y maravillosa cuando podemos ver cómo todo, hasta lo más insignificante, cumple una misión. En éste caso las carpas se alimentan de algo que debe ser entre 20.000 y 40.000 veces más pequeño que ellas… ¡Y sin embargo le sacan provecho!
Y AL PESCADOR TAMBIÉN
Lo primero que hice cuando vi que las carpas se comían estos cucuruchos, y desconociendo totalmente de qué se trataba, fue preguntarme por qué les gustaban tanto. ¡Así que me lo metí en la boca y comprobé que era muy dulce! Fue después cuando vi que había bichitos dentro…
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