Después de dos largos años mirando muchos lugares del mundo donde poder ir a pescar, mi mujer Bea y yo decidimos ir a Tailandia ya que tanto por la tele como en revistas extranjeras nos estaban llegando mucha información de los peces que había allí.
La verdad es que al principio la idea a Bea no le gustó pues había muchos inconvenientes: el idioma, gastronomía y por supuesto cómo hacer todo el viaje.
Unos amigos me dijeron que los hermanos Sosa habían estado hace unos años en un lago de allí y que podían ayudarnos. Sin dudarlo llamé a Abel, que nos dio mucha información. Después de hablar con él y comentárselo a Bea nos decidimos por fin. Ahora había que prepararlo todo.
Viviendo en Palencia, solemos viajar con la agencia Mundi Boy, así que nos acercamos a hablar con nuestra amiga Marta para ponerla al tanto de nuestra nueva “locura”. Es una buena amiga que siempre nos ayuda en todo, porque preparar un viaje así es complicado.
Pero, ¿dónde exactamente íbamos a ir? Siempre conoces a alguien que ha estado en Tailandia y claro, le preguntas mil cosas. Cada uno al que preguntábamos nos decía una cosa, sobre todo que era todo muy barato y que la comida era muy picante…
PRIMER DESTINO
Queríamos ir a Krabi ya que allí esta Gillhams Resort, donde podríamos pasar unos días pescando. Con suerte podía salir el cola roja amazónico que tanta ilusión le hacía a Bea, y el arapaima y bagre del Mekong que tanto quería yo. La verdad que las fotos que veíamos eran impresionantes y nos daban más ganas de ir. Además, a parte de esos peces habían muchas más especies raras que aquí no se conocen, así que sería una buena oportunidad para sacar peces que nunca habíamos visto. Sin pensarlo dos veces me puse en contacto con Stuart, dueño del complejo.
Lo siguiente que teníamos que hacer era sin duda concretar los cebos. Como aun no teníamos mucha información sobre estos lagos, lo más fácil era recurrir a Facebook, ya que siempre hay alguien que ha estado allí y puede asesorarte. Me lo dejaron claro: no llevar nada que todo me lo proporcionan allí, y que no me preocupase que los guías saben cómo pescar el sitio.
Entonces reservé para la segundo quincena de febrero, sólo cuatro días ya que también queríamos conocer Tailandia. A los pocos días de contratarlo vimos un video de Zeb Hogan, que estaba en Guillhams pescando, y fue de gran ayuda porque vimos cómo era el lago, distancias y donde se podía pescar. ¡La verdad es que ver un episodio de estos, tanto en National Geographic como en Discovery, te da ganas de ir!
Después de cerrar la estancia en Guillhams, lo siguiente era poder pescar en más sitios ya que un viaje así había que aprovecharlo y yo más, que tengo la gran suerte de que mi mujer pesca y para los dos es mucho más fácil… además conozco pocas mujeres a las que guste tanto la pesca como a Bea, la verdad.
SEGUNDO DESTINO
Viendo más posibilidades, supimos que había una especie de raya gigante de agua dulce que sólo se podía pescar allí. Como los pescadores siempre buscamos los peces más grandes y que más luchan, pues sin pensarlo más se lo comenté a Bea y, claro, en seguida estábamos mirando con qué guías y cómo poder hacerlo. Lo primero que nos comentaron es que no era muy seguro, porque sólo había unos guías que se dedicaban a ello y resultaba difícil poder pescarlas. Además aquí sí que no había nada de información. Pero nos pusimos en contacto con Fish East Asian, una empresa de allí que se dedica a ello y para mi sorpresa pudimos contratarlos porque esos días estaban libres.
(…)
Artículo completo publicado en la revista CarpMAG #3.
Ver en Apple Itunes
Que grandes!!