Cuando pasamos bastantes horas en el campo, muchos de esos ratos podemos observar que algo puede necesitar de nuestra ayuda.
Dalton, mi querido ganso, le encontré sólo, en un pantano poco adecuado para que en soledad pudiese salir adelante. Había visones, nutrias, gatos, perros… Muchos peligros a los que ese bello pollo se enfrentaría. Estaba nervioso, no paraba de piar cerca de nosotros, en mis manos le puse y el pequeño rebelde se calmó. Sin pensármelo dos veces se vino a casa con nosotros.
Investigué un poco sobre estas aves, pues sobre ellas siempre he sabido que tienen mucho genio. Creció muy rápido, me acompañaba a todos los sitios, fotos y vídeos me han hecho por la calle, ver un ganso en plena ciudad siguiendo a una persona no era lo habitual…
Tiempo después llegó Venson, un precioso rabilargo, un pájaro bastante desafortunado con una de sus patas rota. Donde estaba reinaban los gatos, era joven y todavía no controlaba muy bien su vuelo, así que Dalton y mis dos gatos ya tenían un nuevo compañero. Venson se acostumbró demasiado rápido, le llamabas y venía encima o detrás de Dalton siempre… Mis dos gatos son muy sociables, están muy acostumbrados a convivir con toda clase de compañeros, un murciélago llamado Vampirín, una perra llamada Bilma…
Siempre me han dicho que tengo un don para relacionarme con estos inteligentes seres, espero que ese don algún día me funcione con los peces…