En estas circunstancias la incertidumbre es total, pues no sabemos cuánto de interesadas se pueden mostrar las carpas en alimentarse teniendo en cuanta del momento que están viviendo, pero si hay algo que he aprendido en mis años de pescador es, que tanto la reproducción como la alimentación son los instintos más básicos de las carpas y si tienen la oportunidad de alimentarse sin que ello les lleve distraerse de su menester más inmediato, lo harán, y garantizo que colocando un cebo en las inmediaciones de la zona de freza, es muy factible que consigamos capturarlas.
En esta última jornada de stalking ha habido una curiosa anécdota, pues mientras escudriñaba el agua en las inmediaciones de la orilla, han pasado por debajo de mí dos carpas comunes que escoltaban a una pequeña carpa royal como si fueran sus guardaespaldas, y claro, eso ha hecho que la siguiera por toda la orilla vigilando sus movimiento e intentando capturarla, hasta que en un descuido del pez, me he podido hacer con ella.